EL OLVIDO


Cuando nos duele el corazon por un desengaño amoroso, cuando sentimos la falta economica, cuando sufrimos la dolencia de alguna enfermedad o simplemente no entendemos  el porque nos pasan cosas malas,  nos acordamos del Santito, de lo milagroso que es, de que puede ayudarnos a salir de ese mal momento que vivimos.
Inmediatamente le pedimos su ayuda y prometemos como agradecimiento cosas que cumplimos y a veces no cumplimos.
Otras tardamos en cumplir con nuestra palabra empeñada, o una vez recibido el favor, asi de rapido como pedimos, nos olvidamos.
Todos hemos hecho algo asi alguna vez o muchas veces,  para luego volver y pedir perdon y nuevos favores cuando otro mal momento nos aqueja y ademas nos damos el lujo de preguntarnos ¿ porque me pasa esto a mi?
Y nos olvidamos que muchas de las veces somos nosotros mismos los causantes de ese mal momento.
Pedimos . . . recibimos. . . agradecemos y despues olvidamos al Santito en su Altar,  donde se llena de polvo  y no nos acordamos ni siquiera  de prenderle una vela de vez en cuando.
Mari me decia el otro dia que ella no esta de acuerdo en chuparle la media todo el dia al Santito, pero si que tenemos que atenderlo como se merece,  lo necesitemos o no, y con esto se referia a que si tenemos un altar, este debe estar siempre limpio, con flores de ser posible, y prenderle de vez en cuando una velita.
El siempre esta, si nos acepto como devotos suyos no va a dejarnos de lado ni mucho menos a olvidarnos, por ello cuando le pidamos  algo y no veamos que seamos escuchados, deberiamos preguntarnos antes,  si primero no fuimos nosotros quienes hicimos oidos sordos y nos olvidamos de EL .
 No cuesta nada decir gracias . . . no cuesta nada encender una vela en su nombre,  tambien en los buenos momentos para agradecer por todo eso bueno que estamos viviendo.

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